En el mundo del fútbol, nada es estático. Al igual que en otros deportes, las reglas se realizan a partir de la prueba y el error. Con ese concepto en mente, fue que Kenneth Georges Aston impulsó el uso de las tarjetas rojas y amarillas que debutaron en el Mundial de México 1970, siendo una de las invenciones más revolucionarias del deporte más popular. Ahora, la polémica se instauró con la posible inclusión de una nueva herramienta de sanción: la tarjeta azul.
La innovación deportiva despertó pros y contras, pero ¿cuáles son los cambios que ofrecería esta nueva medida? A priori, la nueva disposición impulsada por la International Football Association Board (IFAB), que es la entidad compuesta por las cuatro federaciones británicas de fútbol y la FIFA, responsable de las reglas de juego a escala mundial, permitiría las expulsiones temporales, un recurso propio de otras disciplinas como el rugby o hockey. Así, el futbolista que reciba una sanción de este tipo tendría que estar fuera del campo de juego por 10 minutos.
En concreto, la misma se utilizaría para sancionar dos situaciones: faltas temerarias o tácticas o reclamos por decisiones arbitrales. Está decisión va de la mano con otra disposición de la entidad de arbitraje de que solamente los capitanes tengan potestad de ser los interlocutores con los referí de cada encuentro.
Además, en caso de que el futbolista sume una tarjeta amarilla y una azul o dos azules, automáticamente será expulsado con una tarjeta roja. “Hemos identificado el mal comportamiento de los jugadores con un grave problema para el fútbol. Estamos examinando qué podemos hacer mediante cambios en las reglas del juego. Una expulsión programada podría ser un elemento disuasivo mayor que una advertencia. También hay mucho interés por parte de varias partes en la idea de que sólo el capitán puede acercarse correctamente al árbitro”, explicaba Lukas Brud, miembro de la IFAB.
Una vez conocida la noticia, y luego de la aparición de las críticas sobre la inclusión de este elemento, FIFA lanzó un comunicado aclarando que la “prueba” de este nuevo elemento será utilizado en niveles inferiores.
“Cualquier prueba de ese tipo, en caso de ser implementada, deberá ser limitada de manera responsable a niveles más bajos, una posición que la FIFA pretende reiterar cuando este ítem se discuta el próximo 2 de marzo en el encuentro anual de IFAB”, profundiza el comunicado. Esta decisión hace que la tarjeta azul no sea incluida en los próximos torneos de máxima importancia como la Eurocopa, la Copa América y hasta el próximo Mundial de 2026.
Pero, ¿Cómo cambiaría el juego la inclusión de este nuevo elemento? La primera consideración a realizar es cómo se delimitará el uso de este nuevo elemento, es decir, qué faltas tendrían que ser sancionadas con azul. Si bien es verdad que como sucedió con la amarilla (que tuvo su estreno con Kurt Tschenscher cuando amonestó a Kakhi Asiatiani en el empate 0-0 entre la Unión Soviética y México en el Mundial de 1970) el tiempo irá puliendo este criterio, lo cierto es que en principio la decisión del árbitro estará plagada de grises.
Asimismo, al igual que sucede en otras disciplinas, la salida temporal podría “beneficiar” al espectáculo deportivo, debido a que si un equipo tiene una desventaja permitiría que haya una mayor cantidad de ataques por parte del rival, aprovechando la ventaja numérica.
Si bien la exclusión de un jugador no sería una novedad, lo cierto es que durante 90 minutos habría una mayor variación de dibujos tácticos. Esto sería provocado porque los entrenadores deberían reforzar la defensa o aprovechar la ventaja en los 10 minutos que posea el jugador extra.
No obstante, el paragua de dudas sobre ciertas situaciones de juegos sigue existiendo: ¿Qué pasará si se expulsa temporalmente al arquero, podrá ingresar un reemplazante o su rol deberá ser ocupado por un jugador de campo? ¿Qué pasará si un jugador recibe la tarjeta azul en los últimos cinco minutos del partido? ¿Qué pasa si un jugador hace un reclamo después de recibir una tarjeta amarilla, será sancionado con azul? Estas son algunas de las dudas que rodean a la polémica normativa que todavía no tiene definidos los límites.
“La idea general que tengo de las reglas es que todo se simplifique lo máximo posible. No sé si esto simplifica el trabajo del árbitro o no”, comentó Carlo Ancelotti, DT del Real Madrid, sobre la inclusión de esta nueva herramienta. “No recuerdo la última vez que esta gente (la IFAB) tuvo una idea fantástica, si es que alguna vez han tenido alguna”, aseguró Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool.
Sin embargo, la decisión sobre este nuevo elemento no está tomada y todo sigue bajo estudio. ¿Será la tarjeta azul una solución al comportamiento de los jugadores? O ¿Quedará en un mera propuesta como sucedió con la tarjeta verde para beneficiar el Fair Play? Lo cierto es que, una vez más, queda en claro que en el fútbol no está todo inventado y queda mucho por recorrer.